la cueva

mi manera de ser felíz

Saturday, June 24, 2006

Argentina en cuartos de final

Esto recien empieza. Falta lo mejor. Son todas finales de aca hasta la misma final. Opiniones de este tipo van a empezar a poblar los medios de comunicación, y en parte tienen razón de ser.
Hoy durante las dos horas y monedas que Argentina necesito para dejar en el camino a la dignísima seleccion mexicana pasaron mil cosas por mi cabeza.
Lo mas frecuente era que la victoria iba a llegar. En los noventa, suplementario o en los penales.
Argentina era candidata. Pero conociendo a este fútbol por demás ilógico, ningúna presunsión era absoluta.
También pasó por mi cabeza la infelíz idea de la derrota. Argentina al ataque de forma desmesurada y un contraataque (contragolpe no, eso es en boxeo) preciso que pudieran hilvanar y había que volverse con las valijas a medio desarmar, porque los sueños argentinos van más allá de octavos de final.
La tensión se notaba en la piel. Sudor con aroma a nervios y a temor.
La única forma de neutralizar esos nervios era cuando Roberto Abbondanzieri volvía a descolgar otro centro con esa seguridad que todos le reclamabamos en la antesala al mundial. La tensión volvía cuando el inseguro, acelerado y desprolijo Heinze se enredaba con la pelota en su propio campo, o sea en el campo de 37 millones de argentinos. La pregunta era: Si Milito la dejó chiquita contra Holanda, ¿Por qué poner de nuevo a un lento y poco seguro Gabriel Heinze?. La respuesta la tendrá Pekerman. Seguro que para el viernes ante Alemania habrá algun cambio en la alineación titular. Es cierto que Heinze jugó a un bajo nivel, pero también es real y es digno recalcar que Roberto Ayala fue ese Ayala de River que rápidamente emigró a Europa. Solvencia y solidez describen a la perfección su labor de esta tarde en Leipzig. Cuando hubo que reventar, reventó. Cuando hubo que jugar, jugó. Cuando hubo que ordenar, ordenó. Alma de capitán.
Los laterales, Scaloni y Sorin, no tuvieron el mejor de los partidos.
A la hora de proyectarse no lo hicieron con decisión y a la hora de marcar tuvieron dificultades para evitar centros y desbordes de los volantes mexicanos. Vale aclarar que Sorin es quien le pone la pelota en el pecho a Maxi Rodriguez en la jugada del segundo gol, algo así como la asistencia del Negro Enrique a Diego en el gol a los ingleses.
La mitad de la cancha mostró buenas cosas y cosas a corregir.
Mascherano, único recuperador natural del equipo, se desdobló los 120 minutos para relevar, para cortar el circuito mexicano y para jugar, de a ratos. Todo el esfuerzo del jugador de Corinthians se debe a que su compañero de marca, Cambiasso, no siente esta faceta del juego, es por eso que en algun tramo del partido, Argentina quedó mal parada ede mitad de cancha para atras.
Maxi Rodriguez, nuevo héroe nacional, no tuvo un partido fiel al rendimiento que venia mostrando. Que importa el rendimiento si con el gol que hizo quedó como la figura excluyente del match.
Sí importa el rendimiento. Porque Maxi es la rueda de auxilio, el descanso que Riquelme posee cuando es asfixiado por sus marcadores, algo que hoy no sucedió, el ahogado por la marca fue Rodriguez.
Lo raro de todo esto es que Riquelme no pudo aprovechar esa "ventaja" para tener su partido. Jugó al revés que siempre. Mucha entrega y fútbol en chispazos. El Riquelme que conocemos regala fútbol en cantidad y muetra entrega en menor proporción. El esfuerzo físico se notó desde el final de los noventa minutos reglamentarios cuando Román empezó a ponerse impreciso. De todas maneras su labor fue más que meritoria y es sin dudas pieza clave del equipo, este al cien por cien con la pelota o parado de doble cinco como en el tiempo suplementario.
La parte ofensiva del equipo que inició el partido no tuvo su tarde de furor, sobretodo Saviola, que se dejó llevar por el vértigo y eso le restó claridad en la elaboración de sus jugadas. El otro atacante, Hernan Crespo, cumplió. Pagó su cuota habitual en la red y trabajo a destajó contra los ásperos defensores dirigidos por Lavolpe. Con el correr de los minutos perdió profundidad y se fue reemplazado al igual que Saviola.
Entraron Tevez por Crespo, Messi por Saviola y Aimar por Cambiasso.
Las variantes se produjeron a partir de los veinte minutos del complemento y le cambiaron la cara al equipo.
El atrevimiento de estos duendes contagió al resto del equipo y a la gente, que colmó las instalaciones del estadio.
De ahí en mas, Argentina inclinó el verde césped y se volcó con todo contra la valla de Oswaldo Sanchez. Así llegó un gol MAL ANULADO a Messi, previa jugada de Riquelme y Aimar. Esto suponía que Argentina estaba más cerca de los cuartos de final que Mexico, pero el fútbol no sabe de supocisiones y el partido continuaba uno a uno.
Hasta que a los nueve minutos del primer tiempo suplementario, Maxi Rodriguez, ubicado de número ocho, paró con el pecho un envió desde la izquierda de Sorin y antes de que la pelota pique se llenó el botín zurdo con el balón y lanzó una bomba que estalló en el ángulo derecho del portero Sanchez.
Delirio. Gritos. Lágrimas. Abrazos. Y mucho más.
Luego de los festejos, el partido continuó sin demasiadas emociones hasta que sonó el silbato del arbitro suizo y los suplentes argentinos salieron eyectados hacia el campo de juego a saludar a sus heroicos compañeros.
Mexico se retiró sintiendo que estuvo en la puerta de la hazaña, quizá por eso sus jugadores se retiraron llorando sin consuelo.
El viernes se espera un partido similar en cuanto a nervios y adrenalina.
Distinto en cuanto a táctica y estrategia.
Esperemos que el final sea identico al de esta tarde.
Sólo resta decir que si en los octavos la novela fue dramática, en cuartos va a ser igual o con más drama todavía.

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